Querid@s docentes:
Empiezo a leer a padres, que también son profesores, que están contentos con las clases online. Dicen que sus hijos están motivados porque reciben feedbacks positivos de sus profesores, que les contestan a todas sus dudas personalmente y que esto no siempre pasa en las clases. O bien porque los alumnos no se animan a preguntar o porque surgen otros temas y no se resuelven las dudas.
Empiezo a asustarme. Yo soy madre y además profesora. Siempre valoraré esta profesión pero que alguien que sea profesor diga que sus hijos van mejor con las clases online para mí significa que hay un problema. Algo no está funcionando bien.
Desde luego en los colegios surgen conflictos entre los niños, conflictos que deberían ser atendidos y resueltos en el mismo. También entre los niños y sus profesores. También estos conflictos merecen atención. Para eso es necesario el diálogo permanente de padres con el colegio. Pero no podemos tener a nuestros hijos en una burbuja, sin relacionarse con sus iguales.
Si lo que nos gusta es ese feedback alumno-profesor, en el que el alumno resuelve todas sus dudas y es animado positivamente por su trabajo, exijamoslo en el colegio. ¿ Por qué no? Yo creo que si se han sacado en claro cosas positivas de las clases online, hay que trasladarlas a los colegios para que ciertas cosas mejoren. Si falta comunicación, si muchas quejas que tenemos los padres o los mismo alumnos no se trasladan a los máximos implicados y se quedan en quejas de grupos de WhatsApps de padres y madres no servirá de nada.
La realidad para los profesores en general es que esto no está siendo nada fácil. Se han visto de pronto en una situación nueva. Han hecho muchas más horas de lo que corresponde a su horario laboral. Han tenido que preocuparse por contactar con todos y cada uno de sus alumnos y además de tener a sus propios hijos en casa a los que también debían atender. Y lo han hecho, por responsabilidad, por vocación, por preocuparse por sus alumnos.
Muchos docentes se han tenido que poner al día en muchas tecnologías y con los medios que tenían a su alcance. Las administraciones han dado por hecho muchas cosas sin preocuparse de lo que cada docente tenía o no a su alcance.
Para muchos padres tampoco está siendo fácil porque tienen que suplir la falta presencial de esos profesores. Sabemos que no todos los alumnos han tenido las mismas facilidades para conectarse online.
Ahora la ministra de Educación nos va advirtiendo que para Septiembre si no hay vacuna para el coronavirus, las clases serán 50% online, 50℅ presenciales. Eso sí, no soluciona el tema de la estabilidad en todo el profesorado que tiene trabajando de forma temporal, en precario. Docentes que seguramente si hacen esto que está diciendo, acaben en la calle. Eso es lo que va a conseguir este fantástico plan. Más recortes. Incluso he llegado a leer que un mismo profesor atendería a dos clases. ¿Así se va a valorar el esfuerzo de todos los docentes? ¿Estamos de acuerdo como padres en que esto sea así? Yo no. Si no hay seguridad para llevar a los niños al colegio, mejor que no tengan colegio, pero si pueden ir, quiero que sean atendidos por sus profesores de la mejor forma posible. Que se mejore la comunicación padres-docentes, claro que sí. Que se les atienda en todas sus necesidades, claro que sí, pero presencialmente. Que no hagan como en Madrid con los sanitarios, de nuevo, trabajadores temporales de usar y tirar.
Lo complicado es saber lo que cada docente es capaz de luchar para que las cosas mejoren, para que no seamos de usar y tirar, para que vayamos todos a una por mejorar la calidad de la Educación Pública. Por eso comenzaba este escrito diciendo que me asustaba leer a un docente diciendo que sus hijos están mejor con las clases online, por todo lo que implica.
Tened claro que serán los interinos los primeros en ser despachados, a pesar de su esfuerzo en toda esta situación de pandemia. ¿Nos vamos a unir de una vez para evitarlo?