JÓVENES VERSUS NO TAN JÓVENES: Planteamiento equivocado.
Cualquiera de nosotros, cuando terminó sus estudios, se puso a estudiar oposiciones. Queríamos que sacaran cuantas más plazas mejor para tener más oportunidades. Algunos recorrimos parte del territorio español buscando aquel sitio donde hubieran oposiciones. Verdaderos maratones hicimos.
Cuando yo preparaba oposiciones ni siquiera había academias que prepararan para mi especialidad ni se vendían temarios o programaciones. Ese negocio no había llegado aún a los conservatorios. Pero era cuestión de tiempo. Eso de preparar a opositores, se hacía más en clases particulares. Luego alguno se encontraba con la sorpresa de que ese profesor particular aparecía en los tribunales. Ahí lo dejo.
Me presenté a varias, no hubo suerte. En alguna ocasión me quedé en puertas. Pero nunca tuve una oposición aprobada. Ya he contado alguna vez como funcionaba esto hasta hace bien poco en conservatorios de música. Sacaban 5 plazas de una especialidad instrumental y solo aprobaban 5 o incluso quedaba alguna plaza desierta. Los demás quedábamos por debajo del 5. Se llegaron a dar algunas puntuaciones de lo más sospechosas como la de una compañera que sacó 4’9 con muchos decimales. Sí, fue sangrante.
Algunos miembros de tribunal llegaron a ser personas con mucha menos antigüedad que yo, incluso compañeros a los que yo en el día a día de trabajo había ayudado o informado en más de una cuestión en la que estaban faltos de experiencia. Pero el caso es que para mí no hubo suerte.
No voy a contar ahora todas las cosas que pude ver, todas las irregularidades que pasaron en más de una oposición. Si no se pudieron denunciar o no se quiso ahora ya no sirve de nada.
El caso es que ahora es muy difícil que un joven se ponga en nuestra piel cuando pedimos que se cumplan las leyes, cuando nos ven con abogados realizando demandas, cuando les contamos que vamos de manifestación. Tengo algún docente opositor en la familia y tengo contacto con gente joven que están como locos en busca de puntos y más puntos. Se sienten amenazados, nos ven como caraduras que queremos quitarles trabajo sin opositar. Y depende mucho de nosotros, de tener mucha paciencia para hacernos entender, de explicarles mucho las cosas, de que sepan que ellos también tienen derecho a trabajar, y que hay soluciones para todos si hay voluntad política y sindical ( otro tema que da para mucho ).
Muchos funcionarios de carrera nos entienden porque muchos de ellos lo pasaron verdaderamente mal para pasar estos procesos incluso muchos saben lo que son procesos de consolidación u oposiciones restringidas porque las hicieron así. Otros simplemente opinan que si lo pasaron ellos, nosotros también debemos pasarlo. No quieren oír nada de fraude de ley ni de abuso. Lo ven como pamplinas que no les interesan. Esto ya es más difícil de hacer entender porque depende de otras muchas cosas.
Pero el caso es que ni los jóvenes, ni los funcionarios de carrera son culpables, y por supuesto, nosotros, los que hemos sufrido abuso en la contratación tampoco. Ahora son más numerosas las convocatorias de oposiciones y masivas en cuanto al número de plazas que sacan. Lo que pareciera positivo en un momento hace que muchos vayan quedado por el camino a unas edades complicadas para volver a acceder al trabajo en el que tanto tiempo dedicaron. Toda una experiencia y esfuerzo desperdiciado. Todos conocemos compañeros en esta situación, los funcionarios de carrera también lo saben. Esto sólo ocurre en España. Solo ocurre en España que jóvenes y no tan jóvenes ( con cargas familiares, con problemas de salud, etc )compitan en igualdad de condiciones. Esto es lo que crea el enfrentamiento y a la administración le viene de perlas que así sea.
Cada vez es mayor el número de movilizaciones y acciones que realizamos los interinos y temporales por toda España. Cada vez se forman más plataformas y sindicatos de interinos y temporales. La última movilización ha sido este sábado 22 en Madrid que ha contado con tres compañeras en huelga de hambre, una de ellas, funcionaria de carrera. Pero esto no puede parar. Nos falta tener claro quienes son nuestros enemigos y quienes nos defienden de verdad, no de boquilla, no jugando a dos bandas. Porque yo particularmente no me puedo fiar de sindicatos que tienen representación en las mesas, que dicen que apoyan nuestras movilizaciones pero que siguen sentados en esas mesas negociando los procesos de oposiciones. No es creíble.
No nos enfrentemos a los jóvenes, ni a los funcionarios de carrera. La Administración es culpable principal de esta situación en colaboración con sindicatos que no han sabido en algunos casos, defender a todos los tipos de trabajadores existentes en las diferentes administraciones o que les ha interesado más nutrirse del negocio de cursos de preparación de oposiciones para su subsistencia. Tengamos muy claro lo que cada uno quiere y la verdadera lucha que realizan.
Diana B.